lunes, 31 de mayo de 2010

LEJOS...


Sentir que lo que te inunda
es la melancolía más profunda.

Añorar y añorar,
no es posible pronunciar
esa palabra por una persona,
resulta hasta poco creíble,
hasta que te sucede a tí.

La eternidad de lo que parece no es justa
ni mucho menos una prueba humana
que se deba desafiar
ella revuelve, rebusca, retuerce
hasta arañar lo más interno
hasta agrietar lo de adentro hacia adentro...

Extrañar, verdad que delata
un estado de ánimo que,
en momentos,
todo es oscuro,
todo es lento,
todo está tan lejos.

Un "techo de menos"
que no me abre las puertas de mi propio cielo,
sólo vacía éstas cuatro paredes
y las rellena
con un recuerdo aletargado,
continuo,
amargo.

Pero, si la saciedad tiene un límite,
yo no lo espero
cuando el miedo te abraza
y duerme en tu lado izquierdo
¡despierta!
¡presto!
¡corriendo!
no des ni una seña más
tan sólo
queda la espera
de sueños creados
y tiestos sin tierra.

Desear tanto el poseerlo
tanto el poder verlo
aclarar tanta incertidumbre,
tanto sentimiento,
tanto misterio.
Tanto anhelo.


El precio de lo que enhebro,
es el malestar casi eterno
que espera un salvavidas
con forma de beso.
La vida que se compara con los hechos
y los hechos que resultan ser ciertos
derechos, rectos, verdaderos, reales,
erectos....






La lejanía de algún que otro recuerdo
me hace estar cada vez más
con éste fuero interno
con éste deseo
de tenerte de nuevo tan cerca
no tan lejos
que cada vez que respire
sienta tu aliento
cada vez que hable
escuche tus ansias de recelo
que cada vez que toque
sea el roce de tu pecho
que cada vez que huela
tu olor fuera lo primero
cada vez que sienta
ahí estés tú para eso.

Que cada vez que te mire
sienta tenerte cerca siempre,
"tu pupila en mi pupila"
Porque puede que me acostumbre a decir:
que mejor estamos lejos...



No hay comentarios: