domingo, 22 de marzo de 2020

La paradoja de leer la vida de otro, durante un encierro confinatorio...

"BÚNKER"
-Memorias de encierro,rimas y tiburones blancos-
Autor ToteKing
Editorial: Blackie Books

Cuando el libro cayó en mis manos por fin , tras solicitarlo de manera pre-venta en una librería de mi ciudad (¡desde enero! ojo) me dije. - Chacha, ¡raciónalo! a capítulo por día, no más ¿eh? porque, cuando se te acabe, ¿qué coño vas a hacer?

Mi ejemplar edición especial

Así estaba mi cabeza, me estaba amargando y haciendo mala sangre antes de empezar el libro, y por la rara idea de que, cuando se acabara, qué iba a pasar (el sentimiento de anticipación, qué curioso), incluso, llegué a dudar de si empezarlo o no... (De manual de psiquiatra lo mío, sin duda)

Cuando leía a Ende o a Luca de Tena u otro que me estuviera gustando a medida que avanzaba, reconozco que me pasaba igual, pero creo que, nunca me había pasado antes de empezar uno.
En aquellas ocasiones, solventé "el mono" releyéndolos pero con "búnker" no quería acabarlo...
Y digo acabarlo porque en la cafetería de enfrente de la librería con un café, me leí dos capítulos del tirón sin anestesia ni ná, no sé para qué carajo le hablo a  mi conciencia, si no me hago ni puñetero caso, soy la viva imagen de la constancia, del pensamiento volátil y del alma geminiana.

No puedo odiar si al que tengo enfrente es a él

Tras ésto, el libro entero cayó durante varios ratitos del encierro en el que me encuentro, un  confinamiento impuesto por un putomicrominúsculo virus que ha venido a revolucionar nuestro mundo, a virar boca abajo nuestra pirámide de Maslow  y a darnos un puñetazo al cerebro con las cosas a las que les dábamos demasiada importancia.
El universo tiene una curiosa manera de darte lo que deseas, llevaba años reclamando un tiempo para hacer cosas sencillas: estar en casa, con mi hijo, no madrugar, poder hacer homeshooling, ojalá tener la casa como una patena de limpia, cocinar con lentitud, escribir, leer, pintar....
¿Querías tiempo?
Pues toma tiempo.
Un amigo me dijo días atrás cuando me preguntó que cómo lo llevaba y le dije "pues, de puta madre" que yo, de ésta, seguro que salía cuerda...

La paradoja en éste encierro viene, por comenzar y terminar de leer un libro que se titula Búnker y que, en una de las palabras del subtítulo lleva encierro y además, son las memorias de una persona en el exterior, viajando al interior de sí mismo.
Non drama

Cuando lees el primer y segundo capítulo te preguntas... Pero...¿Ésto está escrito por la misma persona? ¿really? luego, es cuando caes y te das cuenta que, el libro, en sí, es una evolución descolocada, un proceso del escritor y que, quizás, bueno me arriesgo, ES y ha sido la mejor terapia para el autor.

Es la vida del autor, pero también es la vida de los que con él la han compartido y todo, escrito desde la admiración ; en toda la obra se admira y se venera a mucha gente : al colega que le dijo alguna vez algo bueno o malo, a su familia, a cualquier personaje público, a los autores que nombra de los libros que se ha leído, a sus familias adoptivas, a los lugares, al prologuista...
Viven más y mejor pero seguro que más solos que la una...

Me perdía constantemente cuando hablaba de su barrio o de baloncesto, pero estuve a su lado con anécdotas como el movierecord (mi mente dijo...los millenials irán a googlear ésto, fijo) o el capítulo de "para toda la vida"  que habla del proceso de uno de sus tatuajes, es uno de mis pasajes preferidos, y concuerdo en dejar total libertad al tatuador en su estilo, es más, tengo uno en la nuca (sí si, allí donde van a parar las balas) que no vi, ni el dibujo, ni su resultado hasta el final de la sesión.
Dejarse llevar con éste suicidio creativo es lo que me pedía el cuerpo ( sí, también le doy al acepto las condiciones de términos y uso sin leerlos).


Y allí mismo, me clavaron la clave mientras, mi primo, se recuperaba del desmayo del primer pinchazo de aguja. 
Era mi cumpleaños y éste fue mi regalo.


Me reconocí en sus palabras  cuando sus amigos le decían que no se soltaba, me entristecí en el final de su padre (Tote se había encargado durante todo el libro de que lo conociéramos, para luego entender su pérdida) comprendí a ese padre, cuando describía que, para él, recibir visitas era tan placentero como un esguince, es lo que yo llamo, la soledad necesaria, esa de la cuál, lejos de ser un defecto, es una virtud imprescindible para la salud mental.

Aprendí de buenos hijos con  el capítulo de David Bravo y Mario, reí en su estancia en Irlanda y flipé con Chicago, me enamoré de su novia y reconocí a mi madre en la suya cuando consiguió estudiar tras casi criar a sus hijos.

Tras toda ésta historia, tras cerrar el libro con satisfacción, tras entender el cómo nunca idealicé a ToteKing, nunca lo subestimé tampoco, admiro su música y ahora, le admiro a él, porque, aunque  se considere un tipo cualquiera, está muy lejos de serlo, con Búnker ha demostrado que, cuando se escribe para sí mismo y no para los demás, se llega por el camino rápido al corazón, y se queda, ya de ahí no se sale  y, mi gesto de no guardar el libro en la librería al terminarlo, sino dejarlo en la mesilla como "para luego" me deja un buen sabor de boca al respecto.
No hago ésto con todos los libros que pasan por mis manos.


Tan sólo me queda una duda enorme de la que no pararé hasta que Tote me la conteste....
¿De quién fue la idea de la posible colabo con Peter War?

Y ésta, Querido Mario,es para ti, te llevaste una parte del protagonismo y me dejaste con la maldita duda existencial ...¿Me contarías el final de Interstellar? (Por putoporfi....)



Todo ésto, no es más que, la reflexión de una leyente más...
No soy crítica de nada,
no soy periodista,
Blackie no me paga (tan solo le envío pienso del caro cuando no me ven)
y Tote ni me conoce (aunque yo le llame mi putomarido en mi círculo de amistades)


Te animo Tote, a que sigas escribiendo, relatando, soltando y haciéndonos reír.
Te animo a ello sin dudarlo.
Un saludo agasajado desde mi confinamiento.