jueves, 28 de marzo de 2019

El señor de la parada de guaguas...

Ayer,meditaba en el día a día en las rutinas que, como humanos, a veces, nos hacen sentirnos seguros, anticiparse a lo que se sabe y que, en ocasiones son comunes con otras personas, están en los mismos lugares que tu y a la misma hora, haciendo lo mismo o no.


Cuando era asidua del transporte urbano (llámese, comunmente guagua) para ir a trabajar (en aquella época no tenía dificultad con los horarios de recogida o llegada de colegios y demás...no era madre...) recuerdo, saber en cada parada las personas que subían y en qué parada se bajaban, sí, es curioso, pero cuando alguien faltaba era como...¿qué le habrá pasado?
No deja de ser un cotilleo aburridísimo e insólito pero acabas haciendote un esquema mental diario.

Pues, todos los días,a día de hoy, al salir del trabajo, realizo la misma ruta en coche para recoger a mi hijo al cole y, acabas conociendo cuánto dura cada semáforo, qué carriles coger y en qué momento, cuanto tardas exactamente...etc...

Pero, se me estaba pasando por alto mi hobbie más preciado socialmente: fabricarme la vida de personas  que me encuentro en ese trayecto y, mi mirada siempre va a un señor que siempre está en una parada de guaguas municipal que nunca coge sino que, supongo espera a alguien.

Me fabrico la propia historia, me la invento, ...

Aunque, no puedo evitar sonreir siempre que le veo...¿el motivo? que lleva gafas pero el señor siempre mira por encima de ellas, siempre, sentado en el banco de la parada con las piernas cruzadas y sus brazos rodeando el respaldo del banco.
Siempre mirando por encima de las gafas, como si la presbicia y la miopía no se llevaran bien...

El día que no le vea, seguramente, me construiré una historia de ese y de loq ue le habrá pasado.


Saludos lupeidos mañaneros con reflexión incluída.