martes, 24 de marzo de 2009

Une déjà -vu


Nunca me han gustado las peluquerías, quizás porque, en mi infancia mi madre se pegaba horas peinando mi pelo en lo que, yo podía estar jugando, que casi era como un castigo más que como un tiempo de relax, o porque en mi adolescencia mi mejor amiga se decidiera a ser una futura peluquera y yo era el conejillo de indias para sus más pervertidos experimentos: cortes imposibles, colores provocables (creo que en esa época mi pelo pasó por toda la escala cromática en la que es posible dibujar todos los colores ) y un sinfín de coleteros, tenacillas, rulos ..etc...es mi mejor amiga y hoy en día ha aprendido vehemente el oficio pero aún le sigo recordando muy de cerca gracias a quién, porque aunque quedara mal, siempre estaban las palabras de, - venga que la próxima vez te saldrá mejor, -aunque fuera yo la que tuviera que ir con esos pelos por ahí.

Otra causa posible por la que nunca en mi vida había pisado una peluquería era porque... simplemente sentía que era perder el tiempo en otra cosa que pudiera hacer (sí soy muy práctica)
Este domingo me vino un pensamiento a la cabeza...- debería cortarme las puntas, vale mañana mismo lo hago, buff pedir hora, ay no tengo ganas de subir hacia donde vive mi amiga.. mi madre... noooo!, venga a la salida del trabajo.
Lunes por la mañana - ¿qué tenía que hacer yo hoy? ah sí, cortarme las puntas (de una manera asimilada y mecánica además como si lo hiciera todos los días) dicho y hecho , a la salida del trabajo me planto en ese sitio e impresionantemente no había cháchara de mujeres leyendo revistas o con extractores en la cabeza y, asombrosamente la peluquera no engordaba el tópico de la chabacanería o la burdez al límite, bienn me había quitado los restos de la vergüenza de encima.
Lo cierto es que, me sentía cómoda y me pegué más de una hora allí dentro parloteando con la peluquera sin esa necesidad de estar perdiendo el tiempo y con el pelo más peinado que una tabla, algo a lo que yo no estaba acostumbrada a verme (porque mi pelo rebelde no me deja básicamente), y, de improviso , me ocurrió algo curioso que me hizo darme cuenta del porqué de esa decisión y del porqué allí... ya me había ocurrido otras veces pero jamás tanto tiempo, unos 15 ó 20 segundos en los que yo no estaba allí sentada en la silla de la peluquería, yo estaba en el sueño que había tenido dos días antes y que no me acordaba, ahora estaba reviviendo de nuevo ese momento y era como si supiera lo que iba a pasar.
Lejos de parecer una loca y dado lo bien que me había tratado la chica le comenté algo como: - -ésto yo lo he soñado -a lo que me contestó- bueno, dicen que el cerebro cuando sueña se adelanta o se atrasa a su antojo, no?

Curioso como la decisión precipitada, la elección de esa peluquería, la ropa que llevaba puesta... todo me condicionó para que yo volviera a revivir ese momento., en cierto momento me sentí como si mi vida estuviera colgada de mis emociones y de mis sueños y yo era la que lo manejaba y esa sensación de estar de nuevo en algo vivido me erizó hasta el último vello de mi brazo.

Charles Dickens dijo una vez : "Todos tenemos alguna experiencia de la sensación, que nos viene ocasionalmente, de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho y hecho antes, en una época remota; de haber estado rodeados, hace tiempo, por las mismas caras, objetos y circunstancias; de que sabemos perfectamente lo que diremos a continuación, ¡como si de pronto lo recordásemos!"

Y tú, ¿Has tenido alguna vez algún momento "ya visto" , algún déjà-vu o lo que , más correctamente llaman déjà vecu o "ya vivido"?

No hay comentarios: