lunes, 2 de marzo de 2009

OLVIDOS

Con el título de "olvidos" no me refiero a los recuerdos encajados debido a enfermedades tipo althzeimer,momentos memento ni nada catastrófico parecido, me refiero a esas idas de bola que te ocurren todas en un día o en un espacio corto de tiempo en el que, los mismos son olvidos causados precisamente por el inteligente cerebro en el que, se dedica a fastidiar cuando más en baja forma te ve, en cierto sentido es como si te estuviera diciendo -chaaaa! espabílese carajo!

Una pequeña llamada de atención que hace activar hasta la última neurona de tu materia gris cuyo letargo estaba ya haciéndose un poco molesto para el día que comienzas; esos olvidos pequeños, pero digámoslo clarito, DE LOS QUE JODEN, de esos que tienes que volver atrás (con lo que odio siempre volver atrás, una vez que he cerrado la puerta la he cerrado para no entrar a los cinco minutos) y cruzarte media isla porque te has dejado las llaves en el bolsillo de ese chubasquero, ese que despreciabas tirándolo en el sofacito que tienes a la entrada, ese que no te iba a hacer falta porque fuera refulgía un sol del carajo, ese que contenía en su bolsillo las dichosas llaves que, sin ellas no puedes entrar a tu casa, de esos olvidos en los que te acuerdas del tercer grado de parentesco en ascensión de tu familia como, por ejemplo esa entrada del teatro que, con las prisas cambiaste de lugar la noche anterior, del escritorio a la mesilla, para tenerla más controlada y a la vista y, la mente de nuevo al pasar por el escritorio y no ver nada intuye y olvida que para hoy no tienes nada, es tu agenda electrónica pero...con una especie de virus que hace quede vez en cuando, se formatee de nuevo todo mientras está apagado o sea, durmiendo...mmmm que momentazo ese de, después de creerte con suerte de encontrar un aparcamiento razonable (a km lo menos del teatro) y llegar a la entrada te acuerdas que no la llevas, dudas ¿la llevaré? buscas y revuelves a sabiendas que no está porque tu jodido cerebro la visualiza en la mesilla de noche pero crees que , ¡zas! ,por arte de magia va a aparecer en el bolsillo de tu chaqueta (mierda, la trasmutación aún no existe ) bueno acabas esperando en la cafetería de enfrente a que termine el espectáculo, porque todos tus colegas están viéndolo y deseando llegar a casa para romper la entrada poco más que en quinientos mil pedacitos imposibilísimos de volver a pegar mientras tus colegas a la salida te recuerdan lo torpe que eres y los restregones en la cara de lo genial que estuvo el jodido espectáculo.

En fin, esos olvidos son los que , lejos de ser enfermedad y cuya palabra concreta son DESPISTES son los que te acercan al séptimo pecado capital, o sea, la ira en todo su esplendor profanando casi todas las religiones al recordar el recuerdo del que no recordaste antes.

Pero siempre todo va a tener solución menos la muerte y, si te suceden este tipo de cosas siempre se va a encontrar el lado positivo de las mismas, como por ejemplo, encontrarte justo con alguien que hace tiempo que no veías y que no tenía entrada para el espectáculo y al final te acabas enborrachando a gusto o acabas cogiendo ese chubasquero con las llaves y resulta que al final de la jornada te lo tienes que poner porque se ha torcido el día de mala manera. No deja de ser un acierto el que todos tenemos estos despistes pero yo creo que los que conviven con ellos y los hacen ser más llevaderos viven más felices porque no hay nada mejor que reírse de sí mismo.

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